Quise escribir en Twitter una anécdota (de la vida real) bastante políticamente incorrecta de algo que me pasó, muy corta, en sólo un twit, y poniéndole un poco de humor.
Reculé.
Primero empecé a añadir frases, por las posibles malinterpretaciones.
Después añadí más twits.
Vi que se iba a convertir en un hilo de tantas explicaciones que quería dar para que se entendiera bien el mensaje.
Finalmente decidí que mejor no decía nada y acababa antes.
Y así con muchas cosas que uno no se atreve a decir por el "ambiente" actual. Porque si ya te consideran fascista/machista/de todo por completas nimiedades, imagínate.
Que tú sabes perfectamente que no hay mala intención alguna, pero conoces cómo puede reaccionar alguna gente, y te cortas.
Te sientes incómodo y coartado. Te sientes sin libertad de expresión.
Para que luego digan que "dices lo que quieren oír" o que "te subes al carro de la anti corrección política". Tampoco saben que siempre he sido así, no es nada nuevo.
Si ésto no da más que problemas. Prejuicios, mal posicionamiento, no monetización, hablan mal de ti en decenas de lugares, te aleja de oportunidades profesionales, nadie quiere relacionarse con polémicas...
Es más fácil callar o adherirse a lo que rige. Oh, sí, feminismo, igualdad de género. No digas nada más, sólo di eso y ya tienes puertas abiertas. Y con eso estaba relacionada mi anécdota, porque sí, me ha funcionado.
A veces (pocas) hago "experimentos sociales" para probar, poner a prueba, lo que pasa en la actualidad. Y se corrobora lo que está sucediendo, sí.
Y hasta ahí puedo leer.
